martes, 8 de septiembre de 2009

Te sientas enfrente de la pantalla deseosa de que esté conectado, ya que no has tenido noticias suyas desde hace 2 días.
Te late el corazón como si fuera a salir expulsado de tu pecho.
Esperas los 30 segundos ansiosa en que tarda en aparecer conectado.
Pasas de todas aquellas personas que te saludan con un efusivo y cariñoso ¡¡Hola!! y vas directamente a buscar su nombre.

Tic, tac, tic, tic, tac, tac.

Lo has tecleado.
¡¡Está conectado!!

Te sudan las manos, y ahora te pones a pensar el porqué de que no te haya saludado.
Dudas en hacerte la dura para que sea él, el que dé el primer paso, pero si sigues a este ritmo te va a dar un ataque al corazón.

Te decides:
-¡¡Hola!! ¿Qué tal? ¿Cómo te ha ido? ¿Qué es de ti, que no me has dado ni un toque al móvil ni nada? Me tenías preocupada :S

No contesta nadie.
La felicidad que te había proporcionado el verle conectado, se te está diluyendo.
-¿Seré muy pesada? ¿Habrá encontrado otra? ¿No me querrá?

Cuando tienes todas tus ilusiones por los suelos, y no piensas en otra cosa nada más que El amor es una puta mierda, aparece esa lucecita naranja o verde que parpadea ansiosamente proviniendo de su conversación.

La alegría ha vuelto a nacer en ti. Vuelves a mirar el reloj, y han pasado 10 minutos. Ahora te das cuenta de lo estúpida que has sido, y del volcán de emociones que acabas de sufrir.

Abres la conversación toda nerviosa:
-HOLA. LO SIENTO, ES QUE ESTABA DEMASIADO OCUPADO JUGANDO A LA PSP.

¿¿¿¿Quééééééé????

No te ha podido mandar ni un mensaje, ni un toque, ni contestarte al mismo tiempo que tú le mandaste un saludo PORQUE estaba jugando a la psp.

H O M B R ES.

No hay comentarios:

Publicar un comentario